Dicen que es la primera estación de Europa y la tercera del mundo después de las tokyotas Shinjuku e Ikebukuro. A decir verdad, a mi paso para hacer correspondencias en las dos estaciones niponas, nunca me sentí tan solo y desamparado como en la parisina Gare du Nord. Intenté ubicarme en aquel meandro de pasillos y olas humanas y partir en el primer tren que pasara por Saint-Leu-la-Forêt. Dejé atrás Paris con todos los rostros del mundo y abrí mi periódico sin dejar de echar un vistazo a la aglomeración urbana que se extiende al norte de la ciudad.
©cAc-2009
Un domingo gris, feo y por demás triste se abría delante de mi, pero eso no fue impedimento para caminetear las calles de St Leu antes de encontrarnos el grupo de amigos.
Un domingo gris, feo y por demás triste se abría delante de mi, pero eso no fue impedimento para caminetear las calles de St Leu antes de encontrarnos el grupo de amigos.
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