dimanche 30 novembre 2008

Les foulards de Brigitte à la Jungle Factory


Ayer descubrimos una, dos, tres calles, una florería “pas comme les autres”, una boutique anunciando un viejo y delicado oficio, que es el arte de aplicar el « vernis au tampon », una iglesia y su jardín, un jardín de hortensias y arces japoneses al que habrá que volver en primavera, y un confeti de barrio, rehabilitado, a tres pasos de la Bastilla.

Descubrimos la florería una vez que entramos en ella, en busca de los pañuelos de seda que muestra una amiga, Brigitte, venida de Avignon y que expondrá hasta el último día de éste año.

En efecto, Jungle factory vende sus flores con un arte particular, flores que me comentó Valery, la esmerada florista, vienen de los jardines de productores individuales, hacen arreglos florales y son paisajistas también. Una florería arreglada con un abandono propio del buen gusto y con su piso de viejos mosaicos que te trasportan a otras tierras..., ah, es florería atelier, para iniciar a los niños en el arte floral y a lo que fuimos, florería-galería, donde los pañuelos de Brigitte se hacen suaves entre flores y manos curiosas.

Jungle Factory
5, rue Trousseau
75 011 Paris
01 48 05 10 96

Bicicleta, frío y precariedad en las calles de Paris

Contacté a mi amigo Philippe para encontrarnos en la excursión nocturna de Paris Randovélo, pero me confesó que con el frío que hacía se quedaba entre sus muros de Puteaux. Yo decidí lo mismo, quedarme en casa, seguir la rutina de los viernes anteriores. Y luego cambié de idea. Necesitaba un poco de soplo fresco que me cambiara las ideas. Llevo días caminando por el parque Vidal, bajando Luis Estévez, sentándome en el Parque de los Mártires, mirando el sol caer detrás del caserón del que les he comentado, remontando al centro por Máximo Gómez y buscando las calles que me llevan a...
...por eso dejé mi barrio, desierto a las nueve de la noche, las gentes guarecidas en sus casas, las chimeneas humeando, bajé por la rue d’Amsterdam, dejé Saint Lazare a la derecha y las tiendas hiperiluminadas del boulevard Haussmann a la izquierda, la Ópera radiante, la circulación severa, y pedaleé sin respiro hasta el Louvre para luego respirar el aire húmedo que sube del Sena. Bordeé el río hasta la explanada del Ayuntamiento y me conté entre los sesenta y siete bicicleteros que dimos la vuelta a un pedazo de Paris, que nos ofreció callejuelas misteriosas del 11no barrio después de haber rodado por el barrio latino, cuyo sitio fuerte fue toda la vuelta a la plaza del Panteón, erigido en grande como quienes descansan en el recinto.
La pausa tuvo de fondo la torre, desde donde escribo esta vélo-nota, y la nota triste de la noche, que comenté con Stanislav, mi compañero de ruta nocturna, fue la soledad, no del corredor de fondo, sino de la buena cantidad de gente sin domicilio fijo, anclada en las calles parisinas en las que pueden encontrar un poco de calor, saliendo de los respiraderos.
Durante la campaña del 2002, Jospin había prometido “cero SDF en cinco años”, pero en slogan se quedó, han pasado los años, adiós Chirac, Sarkozy, ha superado la apuesta al comprometerse a que “de aquí a dos años no habrá nadie obligado a dormir en la acera y a morir de frío”. Justamente hoy apareció muerto el sexto SDF en una calle del quinto distrito de la ciudad luz, que se convierte en tinieblas para otros. Cuál será el slogan campañero en el 2012? A menos que Sarkozy cumpla su palabra en el resto de su mandato, y me parece que...

mercredi 26 novembre 2008

Avignon, promenade sans trop réfléchir...


©cAc-2008
El mejor sol de la semana lo disfruté en Avignon intramuros. Muros, puertas y ventanas en esas callejuelas del lado del Capitole, un viejo cine todavía ofreciendo su imagen de los años 40. Detrás de la rue de la Ré como llaman los aviñoneses a la calle de la République. Y en esa calle que se quiere vitrina de la ciudad vieja hoy anclada en la modernidad, un museo que alberga la historia contada en lápidas. De adentro, me guardo el recuerdo de lo que vi, de afuera, les presento los viejos muros del otrora edificio religioso, cizelados por el sol del mediodía vauclusiano.
©cAc-2008©cAc-2008
©cAc-2008
El edificio que alberga el “Museo Lapidario” fue la Capilla del Colegio de los Jesuitas. El Colegio que había sido fundado en 1564, necesitó en el s.XVII remplazar ciertas partes debido a su vetustez. La iglesia, edificada a partir de 1620, es testigo del barroco elegante, con su plan a nave única. La fachada muestra dos niveles separados por una sólida cornisa, y la parte superior, más austera, testimonia que no fue terminada por el mismo arquitecto. Si observan el fronton triangular, verán que lleva el blasón de la Compañía de Jesús. La Revolución cerró la capilla y no volverá a serlo hasta 1857.
©cAc-2008
©cAc-2008
En 1933, la capilla fue anexada al Museo Calvet para presentar su colección de lápidas, compuesta de objetos y de esculturas egipcias, etruscas, griegas, romanas y galo-romanas. Pueden verse también numerosos vestigios de la antiguedad aviñonesa. Un museo interesante a descubrir en la ciudad papal.

©cAc2008

Una muestra de motos en Clary


No se a quién pueda interesarle estos viejos cilindros, en todo caso le interesan a Jacques, su propietario, un amigo de Clary, que ha logrado hacer museables estas motos, que han hecho historia y que aún pueden hacer ruta en cualquier camino. Y como pienso en mi padre que fue un apasionado de motos y las corrió a su gusto en su juventud, a lo mejor pasa un rato mirándolas y recordando sus años mozos.
Entre las motos, la Triomphus de 1927, una marca francesa, resultado del emsamblaje de componentes AYA, motor Blackburne para largos recorridos y caja de velocidad Burman.
©cAc-Al-Famille







©cAc 2008
La motocicleta Stella, construida por un ensamblador francés, de 1925, con motor Moussard, caja de velocidad Staub y el reposa-pie conocido como Wagon.
©cAc2008










La Peugeot de 1927 con el primer motor lateral comercializado por la marca una vez finalizada la guerra 1914/18.
©cAc2008
La moto Guzzi, italiana, de 1936, de 500cc, era la utilizada por el ejército italiano en tiempos de Mussolini.
©cAc2008
Si les place remontar en el tiempo, vale la pena darse un salto al Château de Clary no lejos de las riveras del Ródano.
Château de Clary
30150 Roquemaure
(près de l'entrée de l'autoroute A9)

Tramontana y mistral a orillas del Ródano

Mientras el tren va saliendo de la gare de Lyon, lentamente, temeroso de impulsarse en su carrera de raíles, las farolas van apagádose tocadas por una varita mágica. El tren atraviesa los suburbios cementados del sureste, estabiliza su respiración, Paris va quedando atrás en la bruma, y comienzan a aparecer esos campos arados, inmensas plantaciones, campanarios y pueblos todavía dormidos a esa primera hora de la mañana.
Faltando dos minutos para las nueve, el tren entra en el paquebot gigante que es la nueva estación de Avignon, como anclada en el Ródano. FdeRoquemaure El mistral bate fuerte y el aire fresco que envuelve la región me empuja del otro lado del río y pongo mis bártulos sobre un tapiz de hojas secas llegando a Roquemaure.


El castillo de Clary tiene un pulmón verde, su bosque, que se viste de colores sorprendentes a cada estación. Las piedras cual pelotas pulidas resisten el rigor invernal y sólo las ardillas saltan y arman algarabía entre los robles, los castaños y otros árboles, muchos centenarios.
©cAc
Los viñedos desnudos esperan la talla que los hará vestirse de hojas y racimos el siguiente año.
En primavera, las amapolas enrojecen sus claros en espera de ser sembrados. El “genêt” se expande durante el verano y vuelve oro los caminos y senderos alrededor de Clary. Las hojas comienzan a caer en octubre y ahora al final de noviembre, el bosque ve pasar los cazadores que se adentran en sus parajes a la caza de faisanes, perdices, patos salvajes extraviados y jabalíes.
©cAc
Mientras el bosque vive a ritmo de fusiles de caza y del ladrido de las jaurías, el castillo se prepara para la fiesta de “primeurs”. Dos días de descubrimiento y paseo, porque Clary hace parte de los treinta y dos castillos, dominios y bodegas del Gard que proponen catar además del “primeur” Château de Clary, aquellos premiados entre los mejores nuevos vinos.
©cAc2008
Clary vivió a ritmo de jazz para festejar su “primeur” y sirvió una excelente cena “cajun” preparada en la cocina del castillo. Para acercarnos a la Nouvelle Orléans, el pintor Serge Desiderio, de Montfaucon, instaló en la sala grande de la Academia ( http://www.academie-du-vin.fr/chateau_clary.php ) una serie de sus pinturas dedicadas al jazz.

©cAc2008 - CP DSerge