Desde que vivimos en nuestro apartamento de Truffaut, una sola vez he compartido con mis vecinos y fue a la ocasión del lanzamiento de la primera “Fête des voisins”. En el 90’, justamente en el 17ème, un grupo de amigos con Atanase Périfan a la cabeza, crearon la asociación “Paris d’amis” con el noble objetivo de crear lazos de proximidad y luchar contra el aislamiento. Nueve años más tarde, la asociación lanza la primera fiesta. De esa fuimos testigos, casi todos los vecinos alrededor de una mesa improvisada en el patio, picando y tomando lo que cada cual encontró en su cocina y en su cava. Vinos, rones y licores nos mantuvieron reunidos hasta bien entrada la madrugada. Y hasta alguien propuso una visita dirigida de cada apartamento. Aquello mostraba una convivialidad y el deseo de conocerse, de asegurarse que nadie molestaba a nadie en la cotidianeidad, cuando poníamos la música a fondo o cuando recibíamos visitas!
La “fête des voisins” está concebida para que pase durante una estación agradable, la primavera lo es, aunque no siempre el clima de Paris es propicio, y mayo se dinamiza para que los vecinos se encuentren. No todos, lógicamente. En mayo es raro que nosotros estemos en Paris. Una segunda vez hubo fiesta y yo estaba ausente, y creo que han sido sólo esas dos ocasiones en que los vecinos del 59 se han reunido. Ésta vez, por un tilín casi me dispongo a movilizar a los vecinos susceptibles de estimar el encuentro, pero mi billete al sur ya estaba dispuesto un mes antes! Sin embargo, no quise que pasara por alto y pegué sendos afiches en la entrada del inmueble, y en cada buzón dejé caer un prospecto relativo a la fiesta.
Tengo vecinos miserables y también simpáticos, y ayer recibí un correo de uno de ellos de que lo tuviera al corriente para preparar la fiesta de esta tarde-noche! Lástima que no esté París para intentar unir lazos entre vecinos aunque sólo sea por un par de horas. Los lazos se desatan la mañana siguiente cuando los mismos vecinos se evitan en la escalera, y está comprobado porque hasta yo lo hago, cuando una cerradura se abre, en el piso de abajo o en el de arriba, el silencio se disemina, el vecino más osado abre la puerta y desciende las escaleras, el otro espera a que el primero haya desaparecido, entonces abre su puerta y se va…
“Fête des voisins” para qué? Para imaginar que somos vecinos? Pura hipocresía, sobre todo si los ve arrancarse las tiras del pellejo en las reuniones de copropietarios cuando usted propone trabajos de mejoramiento, de buena vecindad, y ni qué decir si la renovación del appart hace valorizarlo y aumentar la plusvalía!
Esta fiesta me hace pensar a los 28 de septiembre en la isla, con el discurso del presidente del comité, los ojos supervisores de la encargada de Vigilancia, los aplausos vacíos, las medallas ingratas, los besitos hipócritas, el ajiaco caliente en la marmita, del que se hartan los que menos viandas aportaron, el ron adulterado por el encargado de buscarlo, la cerveza a granel que da dolor de cabeza, el pedazo de kake para el abuelo que no puede asistir, el calor, la música irremediablemente escandalosa, los vecinos peleados, el himno, la bandera…, felizmente en la fiesta de aquí a nadie se le ocurre entonar la marsellesa!
La “fête des voisins” está concebida para que pase durante una estación agradable, la primavera lo es, aunque no siempre el clima de Paris es propicio, y mayo se dinamiza para que los vecinos se encuentren. No todos, lógicamente. En mayo es raro que nosotros estemos en Paris. Una segunda vez hubo fiesta y yo estaba ausente, y creo que han sido sólo esas dos ocasiones en que los vecinos del 59 se han reunido. Ésta vez, por un tilín casi me dispongo a movilizar a los vecinos susceptibles de estimar el encuentro, pero mi billete al sur ya estaba dispuesto un mes antes! Sin embargo, no quise que pasara por alto y pegué sendos afiches en la entrada del inmueble, y en cada buzón dejé caer un prospecto relativo a la fiesta.
Tengo vecinos miserables y también simpáticos, y ayer recibí un correo de uno de ellos de que lo tuviera al corriente para preparar la fiesta de esta tarde-noche! Lástima que no esté París para intentar unir lazos entre vecinos aunque sólo sea por un par de horas. Los lazos se desatan la mañana siguiente cuando los mismos vecinos se evitan en la escalera, y está comprobado porque hasta yo lo hago, cuando una cerradura se abre, en el piso de abajo o en el de arriba, el silencio se disemina, el vecino más osado abre la puerta y desciende las escaleras, el otro espera a que el primero haya desaparecido, entonces abre su puerta y se va…
“Fête des voisins” para qué? Para imaginar que somos vecinos? Pura hipocresía, sobre todo si los ve arrancarse las tiras del pellejo en las reuniones de copropietarios cuando usted propone trabajos de mejoramiento, de buena vecindad, y ni qué decir si la renovación del appart hace valorizarlo y aumentar la plusvalía!
Esta fiesta me hace pensar a los 28 de septiembre en la isla, con el discurso del presidente del comité, los ojos supervisores de la encargada de Vigilancia, los aplausos vacíos, las medallas ingratas, los besitos hipócritas, el ajiaco caliente en la marmita, del que se hartan los que menos viandas aportaron, el ron adulterado por el encargado de buscarlo, la cerveza a granel que da dolor de cabeza, el pedazo de kake para el abuelo que no puede asistir, el calor, la música irremediablemente escandalosa, los vecinos peleados, el himno, la bandera…, felizmente en la fiesta de aquí a nadie se le ocurre entonar la marsellesa!
3 commentaires:
Bueno, veo que el fenomeno del aislamiento y la poca comunicacion entre vecinos no es un problema solamente sueco. Me ha dado mucha gracia leer esto y reconocer los comportamientos.
Gracias por compartir las bellesas de Francia con nos.
Saludos
Magtiel
...bellezas :-D
/magtiel
Hola Magtiel. El fenomeno es mundial, compulsivo, destructor y se manifiesta diferentemente. Lo que pasa en Paris, pasa en toda Europa, cuando hice estudios en Salamanca, era casi lo mismo en el inmueble donde vivia, y no solo por parte de los propietarios residentes, los estudiantes jovenes que ocupaban varios apartamentos ni los buenos dias daban, salvo la infalible curiosa que todo lo quiere saber y que existe también en nuestros paises. Y qué me dice de Miami? es la meca del desprecio, los vecinos ni se conocen, que bien que lo se, porque paso temporadas, si te he visto no me acuerdo; y eso siempre paso en La Habana, si buscabas a alguien, y tocabas al vecino, te decia redondamente que no lo conocia! En Francia la ruptura social comienza por la ruptura familiar y vecinal, nadie necesita de nadie, entonces, para qué voy a perder tiempo con los vecinos? Magtiel, el comportamiento humano es imprevisible! Tienes razon, la beauté des paysages supera la beauté humaine, verdad? cAc
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