Mi primera « balade » campestre acompañando a los calibradores de Lirac es la cuarta manifestación de este tipo a través de los viñedos de la denominación. El recorrido entre las viñas, a ritmo de blancos rosados y rojos provenientes de los cuatro pueblos que forman la denominación, ha sido diseñado para apreciar las tierras y plantaciones al interior de la comuna de Saint-Géniès de Comolas. Inscripción, pago y recogida de la documentación a campo traviesa con un sol “gardois” cayendo de punta sobre nuestras cabezas listas para portar el sombrero de la “balade”. Al cuello, una copa con la inscripción de la cofradía. En el bolsillo un carné con el programa de la degustación y los tickets correspondientes a cada pausa.
Hacemos parte del cuarto y último grupo de catadores y golosos, y salimos en busca de los colores de Lirac a la una menos cuarto. He aquí nuestro “petit comité”, formado por primos de los cuatro puntos cardinales del hexágono:
Rose-Marie, Patrice, Sophie, cAc, Claude, Liza, José & Marie-Clémence
Y la primera cepa de uvas que nos tropezamos es la denominada Carignan, que también es la más extendida en la fabricación de vino francés con más de 150 000 hectáreas cultivadas de la misma. Una hermosa hoja, grande, dentada en sus bordes. La planta, con ramas vigorosas, de un verde claro con ligeras estrías longitudinales parduzcas. Cuando llega el otoño, el follaje enrojece, sobre todo en los bordes dentados de las hojas.
La “balade” comienza con unas delicadezas compatibles con una degustación de vinos blancos que nos estimularán para terminar con éxito el paseo vitícola.
Hacemos parte del cuarto y último grupo de catadores y golosos, y salimos en busca de los colores de Lirac a la una menos cuarto. He aquí nuestro “petit comité”, formado por primos de los cuatro puntos cardinales del hexágono:
Rose-Marie, Patrice, Sophie, cAc, Claude, Liza, José & Marie-Clémence
Y la primera cepa de uvas que nos tropezamos es la denominada Carignan, que también es la más extendida en la fabricación de vino francés con más de 150 000 hectáreas cultivadas de la misma. Una hermosa hoja, grande, dentada en sus bordes. La planta, con ramas vigorosas, de un verde claro con ligeras estrías longitudinales parduzcas. Cuando llega el otoño, el follaje enrojece, sobre todo en los bordes dentados de las hojas.
La “balade” comienza con unas delicadezas compatibles con una degustación de vinos blancos que nos estimularán para terminar con éxito el paseo vitícola.
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