Ningún presagio de lluvia. La noche comenzaba bien, sobretodo, la línea 2 cuando entré en Rome, estaba desierta y me bajé en La Chapelle para tomar el pasillo subterráneo que nos lleva directamente a la Gare du Nord, la más grande estación de trenes de Europa y la segunda del mundo (eso dicen!). Los pasillos convulsos pero abordables. Y fui directamente a la nave vidriada que fue agregada luego de la gran renovación de la estación que une a Paris con Londres. En medio del gran hall, una instalación de Fabien Chalon, no precisamente lo que yo buscaba, pero me detuve un momento para ver su funcionamiento, un conjunto de proyección visual y sonora, movimientos mecánicos y vapores saliendo de orificios cual locomotora de vapor.
© cAc 2008
Luego salí a la explanada que da a los viejos hoteles de viajeros. Me llamó la atención una cola bien organizada. La respetable cola era para montar los “cyclobulles”, unos triciclos eléctricos puestos a disposición de los curiosos, que gratuitamente podían estrenar la “eco-movilidad” entre las estaciones de la SNCF. Pero no había tiempo que perder!
© cAc 2008
Luego salí a la explanada que da a los viejos hoteles de viajeros. Me llamó la atención una cola bien organizada. La respetable cola era para montar los “cyclobulles”, unos triciclos eléctricos puestos a disposición de los curiosos, que gratuitamente podían estrenar la “eco-movilidad” entre las estaciones de la SNCF. Pero no había tiempo que perder!
Una muchedumbre colmaba la plaza Napoleón III mirando la instalación de Tony Oursler, un conocido artista plástico americano que ha sacado la obra vídeo de las pantallas. Sobre la fachada principal de la estación se proyectaba en escala monumental un filme realizado con escolares de un colegio parisino. Las voces de los adolescentes, ruidos imaginarios creados por el artista y los anuncios de los altavoces así como la pitería de los trenes, registradas o en directo, hacían del lugar una verdadera ópera industrial.
© cAc 2008
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