jeudi 11 septembre 2008

Les randos parisiennes...en rollers!

Pedalear por las calles de Paris el viernes entre las 10pm y poco más de medianoche es un ejercicio que conozco desde hace mucho tiempo, pero esta experiencia se las contaré en otra ocasión. Un amigo me ha invitado a patinar en rollers por las calles parisinas el próximo viernes. Y es que ciclistas y patinadores se apropian de la capital todos viernes del año salvo si llueve. Pero ni una cosa ni la otra. Tuve que declinar la invitación. Pasando por el Ayuntamiento de Paris, a la salida del metro, vi anunciada la exposición PARIS CAPITALE DU ROLLER y teniendo tiempo suficiente, no vacilé en conocer un poco más sobre la historia de los patines y de paso, entrar en dos grandes salones del remarcable edificio.


Y me vino a la memoria lo que contaban mis tías de mi prima Magda. Magda, desde niña, montaba patines, y ya mujer, continuó patinando junto con un grupo de muchachones con los cuales competía desplazándose por las escalinatas que bajaban hasta las márgenes del río Sagua la Grande, la “villa del undoso” como se le conoce a la ciudad del mismo nombre. Y el ejercicio de nuestra prima “marimacho” ponía a toda la familia con el corazón en la boca, así que si mis tías ven los malabares que hacen nuestros patinadores de hoy día, se persignan y cierran la puerta para no verlos!
Yo heredé los patines de mi primo Luis César. Unión 101, una conocida marca americana, que ni las tirillas de cuero se han gastado, sólidos de puro metal. Y lo mejor es que los patines eran ajustables a diferentes pies, y los usé durante toda la infancia. Se me ocurrió proponérselos al hijo de un sobrino, pero para él aquello era una vergüenza por lo anticuados! Yo no me disgusté y los volví a guardar en el cajón de mis recuerdos.

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