Bajamos por la calle de la Poste y enseguida llegamos a su discreta verja de entrada. El castillo, construido a partir de 1674, es un perfecto ejemplo de gusto clásico en tierras provenzales. En conformidad al gusto impuesto por los arquitectos del Grand Siècle a los castillos de los alrededores de Paris, pero con proporsiones de su cornisa mucho más rigurosas y un acento meridional que se advierte en las fachadas, en el ático decorado de jarrones y buhardillas a manera de tragaluces. Fue terminado, tal como lo apreciamos hoy, a finales del s.XVII.
El “petit Trianon du soleil” debe la suntuosodad de su decoración al Marqués de Barbentane, que fue embajador de Louis XV en Florencia.
El castillo está rodeado de terrazas italianas decoradas con motivos esculpidos que dominan un sombreado parque de platanes tricentenarios.
El “petit Trianon du soleil” debe la suntuosodad de su decoración al Marqués de Barbentane, que fue embajador de Louis XV en Florencia.
El castillo está rodeado de terrazas italianas decoradas con motivos esculpidos que dominan un sombreado parque de platanes tricentenarios.
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