Nada más agradable que huir del seco calor del sur francés refugiándonos en el frescor y la penumbra que ofrecen las salas del museo Vouland.
Louis Vouland era un apasiaonado del arte y un gran coleccionista. En 1927, él adquiere una sólida propiedad de estilo neo-Louis XV, reflejo del urbanismo aviñonés inspirado en la modernidad del Paris de Haussmann, y vivirá en ella hasta su muerte en 1973. El museo expone las colecciones de cerámica, el mobiliario y las artes decorativas sin perder el toque de intimidad, el mismo que existía en vida de su propietario. Comenzando por el hall de entrada, ricamente decorado con dos bellos tapices de Flandres del s.XVII, entramos en el salón de estilo Régence, cuyo mobiliario rompe con el rigor y la austeridad. Paso un buen rato disfrutando la pieza dedicada a oficina, cuyo buró se convierte en el centro estratégico de la casa, dando al jardín y a la escalinata de entrada. El comedor, ligado a las antiguas cocinas por un pasa-platos muestra un conjunto de muebles y objetos de la época final del Renacimiento y de principios del s.XVII. La escalera de honor es sobria y majestuosa, y sus muros decorados con tapices de Flandres y de Aubusson también del s.XVII. Al llegar arriba, aparecen los apartamentos privados del hotel particular. Salas consagradas a cerámicas y orfebrería; el oratorio, una pieza discreta con aires eclécticos y luego el gabinete, un pequeño salón que aporta la nota femenina y de belleza en la decoración general de la casa. De estilo Transición y Louis XVI, son los muebles del salón provenzal. Y como no podía faltar el sello exótico en la colección de Vouland, no podía faltar el aire oriental, en una pieza cuya cama en baldaquín de finales del sXIX, rompe con el propósito sagrado de dedicarse solamente a coleccionar muebles y objetos en una casa del s.XVIII!
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