El salón « du timbre et de l’écrit » cerró sus puertas en el Parque Floral de Paris. Durante una semana, los amantes del sello y de la colección tuvieron la ocasión de disfrutar de todo el universo de la filatelia y de sus riquezas. Una buena ocasión igualmente para que los padres enseñaran a sus hijos ese mundo que transporta en el tiempo, hace viajar y motiva a la búsqueda de nuevos horizontes. El domingo temprano, me vestí de niño y salí en dirección del Parc Floral, al sureste de Paris, para viajar en el tiempo, cuando mis padres me inscribieron en el salón juvenil de la biblioteca Martí de Santa Clara. Tenía siete años. Allí aprendí que gracias a los sellos podía descubrir el mundo más allá de fronteras y de lenguas. Desde entonces, como la numismática, que la descubrí un lustro más tarde, no ha habido tregua en mi deleite por los sellos. A través de la filatelia conocí un montón de nuevas cosas, del arte, de la historia, de las ciencias y el deporte, y los secretos de los grandes descubrimientos. Igualmente conocí la fragilidad de un sello de correos y todo el esmero que merece para guardar casi intacto su valor. Casi finalizando el año tendré a dos pasos de la casa el 62 Salon Philatélique d’Automne, que abrirá en el Espace Champerret. Durante el verano, voy a desempolvar mis colecciones para contar un poco sobre la filatelia cubana.
mardi 24 juin 2008
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1 commentaire:
MAIS...?? en juin 2010 ??????
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