Así se titula el poemario de la escritora santaclareña que publicara la editorial Capiro en su colección Zarapico. La nostalgia también dominó la tarde que pasamos Mariana y yo trayendo a la memoria una veintena de años atrás. Pura nostalgia, sin insatisfacciones, sin charla vacía ni comadreo de escribanos. Nos paseamos por las calles de Santa Clara sin movernos de la saleta de mi casa, que a esa hora nos bendecía con el fresco viniendo del patio. Mariana es también decimista y fuerte en ese género. Es la fundadora y conduce la tertulia « La décima es un árbol » que se desarrolla en la casa de la Uneac villaclareña. No se detiene esta mujer poeta graduada de filología en la Universidad Central de Las Villas, siempre a la búsqueda de nuevos horizontes grandes y pausados como ella. La escritora ha publicado trabajos en Huella, Contacto, Brotes y colabora con el periódico Vanguardia.
Esta es la portada del libro, en cuya contraportada puede leerse : « la nostalgia, que domina todos los rincones de la memoria, acude donde el verso y lo satura con su tenue aroma. El poema se nutre, entonces, de resonancias, y vibra desde su modesta dimensión, pues el estruendo no es su meta. A donde llega lo hace sin ánimos de trascendencia, lento, solapado, fugaz.
(*) Mariana Pérez Pérez, Santa Clara, 1951.
(*) Mariana Pérez Pérez, Santa Clara, 1951.
A propósito, les dejo el poema que la escritora envió al Premio Poesía Varadero 2009
POEMA PARA TUS MANOS, IMITANDO A GERTRUDIS(*)
POEMA PARA TUS MANOS, IMITANDO A GERTRUDIS(*)
A Héctor Peláez
Manos.
Tus manos
me santiguan.
Árbol sin freno,
país del aire
que me escancia vino.
Las distancias disuelven
cuando pulsan mis cuerdas.
Parábolas que saltan
hacia un candil sin humo
son tus manos profundas:
profundas por distantes,
distantes por cercanas,
cercanas como un ciclo
de nubes en la noche.
Dedos. Panal y cometa
juguetón, que en lontananza
trenza la audaz esperanza
con las yemas del profeta.
Dedos largos –como asceta
que trueca un salmo en destellos
para salvar los resuellos
del soldado moribundo–,
tus dedos tocan al mundo
y el mundo vive por ellos.
Anillo y anular sostienen
palomas y son desgarraduras
sobre un tiempo que arroja del reloj
los insomnios y avanza en las agujas.
Diez uñas que temen al desequilibrio
van creciendo en las dulcísimas guitarras
por los canales de sus bocas desmedidas,
y se escapan del puente, y someten las pausas.
Con tus manos acercas la plenitud del sexo
cuando perfilan, crédulas, el fiel de mi constancia
para arder como lúbrico destino en mi silencio.
Lentamente en sus dominios oscilan como una rama,
besan y rozan, caminan por campánulas e incienso,
y después que son la luz, tus manos se me refractan.
Mariana Pérez / 24-09-2007
(*)Imitación, por la forma, de “La noche de insomnio y el alba : fantasía”, de Gertrudis Gómez de Avellaneda.
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