Orange, la vieja ciudad galo-romana fue fundada en el año 35 aJC por los veteranos de la segunda legión gala y la nombraron Colonia Julia Secundanorum Arausio. En la época medieval, la ciudadela fue asiento de un principado, feudo del Santo Imperio romano germánico, que hacía parte del reino de Borgoña y beneficiaba de derechos feudales y de la soberanía que le era propia a las tierras del Imperio. De uno a otro matrimonio entre casas nobles (Baux, Châlon) el principado terminó en manos de la casa Nassau.hacia 1544. Para entonces los príncipes ya habían acuñado moneda y el burgo había consagrado en presencia de Guillaume des Baux la catedral Notre Dame de Nazareth en 1238. Setecientos setenta y un años más tarde, bajo un sol juniano hice yo mi entrada por el pórtico principal de la catedral. Estoy seguro de que Orange, que es la ciudad más caliente de Francia, considerando su temperatura media anual, les hará soñar, y a lo mejor se dan un salto para ver sus vestigios y monumentos galo-romanos. Yo me encargaré de descubrirles algunos de ellos. Me limitaré ahora a mostrarles algunas vistas de la catedral, apoyadas por algún que otro comentario. Siempre me pregunto si estos arranques religiosos de mi blog son compatibles con mi ateísmo, pero descuiden, todo está mezclado a mi curiosidad por la historia de los lugares.
No me referiré a la catedral romana preservada durante siglos y casi enteramente destruida durante las guerras de religión y más tarde degradada durante la Revolución. Entro, como les decía arriba, siete siglos después de haber sido consagrada por vez primera, por la puerta romana que da al lado sur y que es sin dudas uno de los elementos arquitecturales más interesantes del edificio. El pórtico está decorado de rosetones, y figuras humanas y de animales. En los ángulos, columnas medianas torcidas e imbricadas con columnas coronadas por capiteles corintios, y pilastras anilladas en cada extremo. Las tres columnas toscanas y el tímpano triangular estilo renacimiento fueron agregados hacia la mitad del siglo XVI.
©cAc-lvdr09
No me referiré a la catedral romana preservada durante siglos y casi enteramente destruida durante las guerras de religión y más tarde degradada durante la Revolución. Entro, como les decía arriba, siete siglos después de haber sido consagrada por vez primera, por la puerta romana que da al lado sur y que es sin dudas uno de los elementos arquitecturales más interesantes del edificio. El pórtico está decorado de rosetones, y figuras humanas y de animales. En los ángulos, columnas medianas torcidas e imbricadas con columnas coronadas por capiteles corintios, y pilastras anilladas en cada extremo. Las tres columnas toscanas y el tímpano triangular estilo renacimiento fueron agregados hacia la mitad del siglo XVI.
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Una vez traspasado el umbral de la entrada lateral, la penumbra y el frescor del interior del edificio apaciguan el espíritu. A la derecha del cancel, una estatua de la Virgen con el Niño y a la izquierda, feliz descubrimiento en mi búsqueda de San Roques, una estatua en madera policromada del santo, ambas estatuas del siglo XVIII.
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Una estatua de Santa Ana del XVIII, escondida durante la Revolución, está situada en su Capilla, en un altar de mármol blanco de la época de Louis-Philippe. La que fuera Capilla de San Eloi es ahora Capilla de San Antonio de Padua; El enorme vitral de 16m² es obra del pintor y vitralero Mailhot, y representa el Concilio de 529, ocho obispos y tres secretarios rodean a San César de Arles.
©cAc-lvdr09
Una de las más antiguas capillas de la catedral es la de San José. El altar en madera laqueada de verde está ornado de dorados, y de un elegante trofeo eclesiástico. El altar está guarecido por dos consolas Louis XVI. Dos pinturas ornan los laterales, una representa la muerte del Santo, la otra representa a San Pedro.
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Una estatua de Santa Ana del XVIII, escondida durante la Revolución, está situada en su Capilla, en un altar de mármol blanco de la época de Louis-Philippe. La que fuera Capilla de San Eloi es ahora Capilla de San Antonio de Padua; El enorme vitral de 16m² es obra del pintor y vitralero Mailhot, y representa el Concilio de 529, ocho obispos y tres secretarios rodean a San César de Arles.
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Una de las más antiguas capillas de la catedral es la de San José. El altar en madera laqueada de verde está ornado de dorados, y de un elegante trofeo eclesiástico. El altar está guarecido por dos consolas Louis XVI. Dos pinturas ornan los laterales, una representa la muerte del Santo, la otra representa a San Pedro.
En la Capilla de la Pequeña Misericordia, que se ocupaba de los niños pobres de la villa, hay una enorme cuba para los bautismos, del siglo XVII. Encima, una pintura de Marius Barthalot representa el camino al suplicio de los treinta y dos religiosos martirizados en Orange en 1794. El Cristo en madera pintada es del XVII. (Cont.)
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