dimanche 31 août 2008

La Durance, un galet, des collines, un ciel, c’est Manosque

Darnos un salto a Manosque estaba en nuestro programa estival y eso hicimos. Para llegar hay que dejar el Gard, atravesar Vaucluse y adentrarnos en el departamento Alpes-de-Haute-Provence. Una gran parte de nuestro interés por visitar la más grande ciudad del departamento estaba en seguir la huella de Giono. En efecto, Manosque es ante todo, la ciudad del escritor Jean Giono, que la describió particularmente en su obra Jean le Bleu. Y es que la campiña que envuelve Manosque, inspiró sus obras. Escribió Giono que “durante la noche la ciudad no hacía más que respirar por sus fuentes”, y comprobamos que también la ciudad respira a la luz del día. Pasearnos por la Rue Grande de puerta a puerta, y escudriñar sus plazuelas, fuentes y callejuelas y pórticos desprovistos de luz, justo para ir de una calleja a otra, nos sorprendió y mucho. Puertas y fachadas de un burgo medieval antaño rodeado de murallas y que hoy, sobre su trazado, un ejército de platanes le confieren un toque de verdura. Y la gran sorpresa fue descubrir en una esquina de la plaza del ayuntamiento, la librería “Au poivre d’âne”, hermana mayor de la que nos cautivó en La Ciotat. Las dos se unen al programa “Manosque, ville du Livre” que la municipalidad lleva a cabo para desarrollar el libro y la lectura.
La puerta “Saunerie” del s.XIV, vigila la entrada de la Rue Grande










Las callejuelas de Manosque con su aire provenzal


La puerta “Soubeyran” o “superior” está al extremo norte de la Rue Grande

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