La Collégiale de Roquemaure

Roquemaure poseía una iglesia parroquial dedicada a la virgen María, y conocida como Notre Dame de la Purification. En 1311, Bertrand de Pouget, obispo de Ostia, recibió el beneficio de Roquemaure. A juicio de Bertrand de Pouget, la iglesia ND era demasiado pequeña y estaba mal situada, por lo que acomete la construcción de una nueva iglesia, de estilo gótico meridional (del Languedoc), en un terreno llamado “el jardín del rey”. La iglesia no fue construida en la misma plaza, pero a dos pasos de ella. Los trabajos comenzaron en 1329 y el grueso de la obra duró unos veinte años. El cardenal había soñado mucho y los habitantes de Roquemaure no pudieron sufragar los gastos de la iglesia. Una vez construidos los muros exteriores, el coro, el ábside y las dos capillas, a uno y otro lado, los trabajos se detuvieron. La bóveda de piedra, inicialmente prevista en la línea del ábside, no pudo ser puesta y la nave fue cubierta de una armazón de madera. La iglesia fue erigida en collégiale en 1345 bajo el papado de Clemente VI, tercer papa de Aviñón. Ese mismo año, el Cardenal Bertrand fue autorizado a transferir los fondos bautismales de la iglesia ND en la collegiale dedicada a San Juan Bautista y San Juan Evangelista. Ambos santos son los patrones de los viticultores y los toneleros de las riveras del Ródano (Côte du Rhône), de las cuales, Roquemaure era cabeza de partido. En 1949 fue renovada toda la marquetería del coro y un año más tarde, la iglesia se dota de un púlpito mármol de Carrara. La iglesia collégiale entra en fase de completo ordenamiento a partir de 1854 bajo la dirección del abad Gontier. Los vitrales de las capillas fueron renovados y se entreprenden los trabajos para colocar los vitrales representando los doce apóstoles. Desde 1860, la iglesia se dotó de una magnífica iluminación proveniente mayormente de la riqueza de colores de los vidrios utilizados por los maestros de Clermont-Ferrand y de Toulouse. Su excelente órgano, fue construido en 1690 por los hermanos Jullien de Marseille. La iglesia guarda desde 1868 las reliquias de San Valentín, patrón de los enamorados. Las reliquias fueron compradas en Roma, por un rico propietario de la región, para proteger los viñedos del phylloxera, un tipo de insecto homoptero. En efecto, en 1866, apareció en las viñas de Roquemaure, y por primera vez en Europa, dicho insecto.