©cAc-2009
La noche del concierto de « Voci e organi dell’Appennino » en la Collégiale de Roquemaure, llegamos apenas abierto el pórtico principal. Y como es habitual cuando entramos en la iglesia Saint Jean Baptiste et Saint Jean l’Evangeliste, fuimos directamente a la capilla de la izquierda donde trona San Roque sobre su altar. Para meditar, para impregnarnos de ese silencio tan necesario al cuerpo y a la mente que es raro encontrar fuera de los recintos religiosos. Y además de meditar, pensar en mi madre que era devota del santo, y en mi tía Zoila, sacerdotisa de la santería en el barrio Condado de Santa Clara, y que mientras vivió, « se le montaba » uno de los más prestigiosos Elegua. Quiero compartir la luz que desde el exterior iluminaba a Saint Roch esa tarde-noche. Únicamente la luz, que bien pude guardar en las fotos. El « coté » religioso no es lo principal en este blog, amén que salga a flote y entre líneas !
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