mardi 20 mai 2008

Los avatares del peso cubano (V)

En 1959, el Gobierno Revolucionario, entre otros menesteres, tuvo que asumir el delicado control de las finanzas. Inmediatamente fue anunciada la crítica situación financiera que encontraron las autoridades. El gobierno hizo saber que las reservas bancarias estaban agotadas, hecho que no permitía el libre cambio de la moneda. La salida del territorio por parte de miles de familias puso en guardia a las autoridades que adoptaron inmediatamente medidas para frenar la fuga de capitales. Las operaciones y transacciones en dólares fueron restringidas, sin embargo, estas medidas no eran suficientes. Las nuevas autoridades concebían nuevos controles bancarios y para llevar a cabo una nueva política financiera en correspondencia con los cambios que se avizoraban en la economía cubana, entregaron la presidencia del BNC a Ernesto Guevara en noviembre de 1959.
Las series emitidas para entrar en circulación en 1960 llevaban la firma de Ernesto Guevara (Che):























La banca fue nacionalizada así como todos aquellos intereses foráneos y privados, relacionados con las finanzas. El Banco Nacional de Cuba tuvo entonces que asumir todas las funciones comerciales, de fomento y operacionales, ejerciendo así un sistema único e integral. La centralización de todas las funciones inherentes a banco central, de inversiones, de operaciones internacionales, comerciales y de ahorro fueron legalizadas en 1961 a través de la ley N° 930 conocida como Ley orgánica del BNC. La moneda cubana que circulaba hasta ese momento, se había convertido en enemiga de los intereses revolucionarios del gobierno y para frenar el “acaparamiento” y salida ilegal de grandes cantidades, así como para golpear definitivamente a los principales depósitos bancarios, el cambio de moneda se hizo imperativo. El llamado “canje de la moneda” fue instituido de forma obligatoria en 1961. Y comenzaron a circular los nuevos billetes, que en su esquema y diseño eran una continuidad de los billetes emitidos hasta ese momento:
El Apóstol José Martí encabeza las nuevas emisiones de billetes que comienzan a circular en 1961. En la denominación de un peso, color verde aceituna, aparece en su reverso la inscripción ENTRADA A LA HABANA 8 DE ENERO DE 1959 y muestra a los comandantes Fidel Castro y Camilo Cienfuegos junto a otros guerrilleros subidos en un tanque de guerra, rodeados de la caravana revolucionaria venida desde el oriente del país. La silueta moderna de la capital se perfila en el fondo del diseño.
El billete de cinco pesos, de un verde azul como las aguas transparentes que bañan la costa norte de la isla, trae ésta vez la figura del Titán de Bronce en medallón y en el reverso, con fondo de palmas reales, a los guerrilleros avanzando por los campos de Cuba durante la invasión de oriente a occidente. En la inscripción reza SEPTIEMBRE – OCTUBRE DE 1958 INVASIÓN.








Máximo Gómez, el generalísimo que no aceptó la presidencia de la República cuando la independencia de la isla se hizo real el 20 de mayo de 1902, llena ahora el medallón del billete de diez pesos, lugar que antes ocupaba Carlos Manuel de Céspedes. Al voltear el billete, color tierra como gran parte de los suelos cubanos, aparece la inscripción DECLARACIÓN DE LA HABANA – 2 DE SEPTIEMBRE DE 1960, y como del dibujo, los edificios administrativos que rodean la Plaza Cívica, convertida en Plaza de la Revolución e inundada de habaneros y provincianos que se dieron cita para escuchar la alocución de Fidel Castro, investido ya como jefe de la estrenada revolución cubana.









Una nueva figura llenará el medallón ovalado del billete de veinte pesos: el comandante Camilo Cienfuegos, con su sonrisa espontánea y su sombrero de ala ancha. La presencia del “señor de la vanguardia” en el altar de la numismática cubana es el homenaje a un guerrillero clave de los días belicosos de la revolución, que al desaparecer en octubre de 1959, quedó como un hombre humilde y recto en el recuerdo de los cubanos. El reverso del billete azul, de un azul oscuro como las aguas profundas del Caribe, muestra, como está inscrito: 2 DE DICIEMBRE DE 1956 – DESEMBERCO DEL GRANMA, la llegada de los expedicionarios por la costa baja y cenagosa del sur de la provincia de Oriente, por un lugar conocido como Las Coloradas.









La NACIONALZACIÓN DE LAS EMPRESAS EXTRANJERAS – 6 DE AGOSTO DE 1960 como reza en el reverso del violáceo billete de cincuenta pesos, muestra los cambios operados con la “intervención” revolucionaria: La ESSO pasa a manos del recién creado Instituto Cubano del Petróleo (ICP), la UNITED FRUIT deja de ser norteamericana, como el Preston que se convierte en Central Guatemala. Boina ladeada, gorra de soldado, uniforme miliciano portado por hombres y mujeres, fusil en alto con fondo de bandera estrellada, en un billete cuya figura histórica corresponde al general del ejército mambí, Calixto García Iñiguez.






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