Los muebles, ropas, objetos de decoración y otros artículos de uso personal o familiar, que para unos puede ser de una inutilidad total, por viejos, feos o pasados de moda, para otros puede ser de una utilidad pasajera, un capricho, una pieza de colección y hasta un buen negocio por lo barato de la compra.
Hace años que descubrí los “vide-greniers” de los pueblos del sur de Francia, y más tarde los de Paris. Vide-greniers que no tienen nada que ver con las “brocantes” aunque muchos de los que venden tienen el mismo aire bo-bo de incipientes anticuarios. Toda una fauna. Los vide-greniers son conviviales y folklóricos con sus acordes de carnaval. Ambiente familiar, círculos de amigos y vecinos que cotizan para economizar el pago por la instalación. Gente rara, nuevas caras, caras que reconoces porque los has visto pagando en la caja del supermercado, y la barahúnda de curiosos, que preguntan el precio de todo y no compran nada.
El rastro de Madrid es un “vacía-trasteros” permanente y también tiene su encanto.
No se conoce Londres si no se visita su mercado de las pulgas de Portobello, los mercados del East End y los interesantísimos “Car Boot Sales” que son los vide-greniers ingleses. El “marché aux puces” de la Porte de Clignancourt es bien concurrido y folklórico.
Aunque el domingo sea soleado, los Garage Sales de Miami son tristes y bombos. El ambiente es tan seco y restringido que apenas te dan deseos de inquirir por el precio de un objeto. Aunque conozco uno en el Westchester que tiene su público.
Tareco es trasto en Cuba. Un traste es algo que puede ser un impedimento, un estorbo, algo que hay que botar o poner en el rincón más oscuro de la casa. Y como las casas cubanas no tienen sótano ni los edificios trasteros, felices aquellos que pueden disponer de una pieza “de sobra” y que la familia bautiza “el cuarto de desahogo”. Es la pieza que evita el ahogo de las otras, es la habitación donde escondidos besamos a la prima, y abrimos la revista que nos estaba prohibida..., es la pieza de todos los desahogos!
Y como a veces hay demasiados tarecos en una casa, y ya no caben en el cuarto de desahogo, ni en el cuarto de la abuela, ni en el patio ni en el garaje, y tampoco tienes a quién dárselos ni sabes a quién le haga falta, pues hay que sacarlos a la calle, a la acera, en un aspavientoso efecto de higienización que las autoridades llaman “Plan Tareco”. Generalmente todo está dispuesto para que, la botadera de cuanto traste te interrumpa la vida, se lleve a cabo un domingo. Las aceras se encombran y los escombros que son más que los tarecos, deberán esperar el paso de “comunales”, ya sea el lunes o el martes, o..., para terminar en el basurero municipal. Hace poco leí el artículo Plan Tareco de Yodel Pérez Pulido y recordé los planes tarecos de los que fui testigo, pero no me acuerdo cuando fue la última vez que presencié uno. Les adjunto el link a su blog para que lo disfruten:
http://www.cubaencuentrocom/yodel-perez-pulido/blogs/completo-camagueyY les dejo algunas fotos del vide-greniers de Batignolles (rue Brochant, Place du Dr Félix Loblegois & Square de Batignolles), en un paseo sabatino al que asistí acompañado por un vecino en busca de una linterna mágica BBB, la cual nunca encontró.