Pero si no quiere quedarse sin su pieza de cien euros en oro, inscríbase con tiempo en alguna de las oficinas de correos.
jeudi 29 mai 2008
Euros siguiendo la tradición de los Napoleones y Francos…
Pero si no quiere quedarse sin su pieza de cien euros en oro, inscríbase con tiempo en alguna de las oficinas de correos.
mercredi 28 mai 2008
Los avatares del peso cubano (VIII)
El billete de un peso representa a José Martí en trazos blanquinegros sobre fondo de diferentes colores con predominio del azul.
La cara posterior es casi idéntica a la primera emisión del billete rojo sangre de tres pesos. En lugar de PROPULSOR, ahora está inscrito CHE – PRECURSOR DEL TRABAJO VOLUNTARIO y el dibujo al interior de un medallón informe tiene en tonos pasteles los colores de la caña, del uniforme de soldado y el amarillo yarey del sombrero remplazando la gorra en la persona misma del Che.
Y es que con fondo también terracota y degradaciones rosáceas y lilas, la leyenda es guerrera y de fatiga, fábricas sus torres humeantes, edificios? Escuelas? Ocho penachos de palmas reales, banderas, puños, fusiles… con la leyenda GUERRA DE TODO EL PUEBLO.
Quizás por los orígenes campesinos del conocido “Héroe de Yaguajay”, el reverso del billete, mezclando el azul con lilas y rosados, inscribe la leyenda PROGRAMA ALIMENTARIO. Un campo de surcos, el hombre sembrando, la máquina recolectando, el hombre de camisa de trabajo, sudado, saliendo del platanal con un racimo hermoso de varias manos…
El billete de cincuenta pesos de la emisión de 1961 había desaparecido de la circulación aunque no había perdido su curso legal. La década del 90 nace con la puesta en circulación de esta denominación representada por la figura de Calixto García Iñiguez. El color vino es mucho más fuerte en esta emisión que en la anterior, mezclada a verdes tiernos y rosados. A la derecha del anverso la figura de Celia Sánchez como barrera a la falsificación del billete.
Un sólido e imponente edificio capitalino construido al oeste de la ciudad aparece en el reverso del billete. Como reza en la inscripción es el CENTRO DE INGENIERIA GENETICA Y BIOTECNOLOGIA.
dimanche 25 mai 2008
Galeri-ando en Paris: "pages et images 2008"
No pretendo mostrar un catálogo de las obras expuestas en la galería pero tampoco quiero pasar por alto, aquellas pinturas frente a las cuales me detuve mientras la palabra fluía y la algarabía de los colores se salía de los cuadros.
El color tierno de la canela, la pimienta gris o la negra, o el azafrán violento de los cuadros de Laurette Succar me transportaron “aux marchés des épices” de Estambul o del Cairo...
...y la caligrafía sumergida en colores de Tahar Ben Jelloun rima con la elegancia de los caracteres enraizados de la lengua.
Las páginas arrancadas por Michel Butor a sus cuadernos de escritura devuelven la serenidad a quienes hemos garabateado esas hojas que dejaron de ser blancas por falta de ideas...
Hubert Haddad mostró la dualidad de su pintura con signos vitales de colores tristes…
Martin Melkonian
Lector desde hace muchos años de cada parto editorial de Zoé Valdés, no había llegado el momento de enfrentarme a su pintura. Aunque sabía que pintaba, como imaginarme a Zoé frente a un caballete paleta en mano?
He aquí Zoé distribuyendo zoeños a los que estuvimos con ella en Les Vergers de l’Art!
En el vernissage además de lectura e imágenes, no faltaron las fotos de los amigos de Zoé…
Zoé Valdés conversando con Timour Lam. En compañía de la pintora Maydé, de Tania Assaf-Galindo y la hija de Agustín Fernández.
En la tercera foto, Jacobo Machover, Guy y Alain Ruiz de Zárate.
samedi 24 mai 2008
Los avatares del peso cubano (VII)
Bailando con Aset en un templo de la danza
Los bailarines del Ballet Nacional de Cuba y particularmente su directora, Alicia Alonso, detestaban la ciudad del Bélico y presentarse en el Teatro La Caridad de Santa Clara era como “bailar al borde del abismo”. Los santaclareños, aunque no eran como los camagûeyanos y los matanceros, provincianos amantes del ballet, se precipitaban a comprar entradas para las tres funciones que siempre tenían lugar en la ciudad. Viernes y sábado a las 9 de la noche y la dominical función de las cinco de la tarde. Apasionados unos y mucho menos otros, la gente colmaba la platea baja, los balcones, y hasta el gallinero del teatro construido por Marta Abreu de Estévez. Un viejo amigo me dijo que el rechazo de los santaclareños estaba dado porque cada vez que la compañía se presentaba, llevaba el mismo repertorio, “El lago de los cisnes”, “El lago de los cisnes” y “El lago de los cisnes”. Yo recuerdo algunas de esas funciones. En La Habana comprendí que el ballet tenía un público y que como todas las junglas, hay que saber perderse en sus vericuetos para entender la perfección y las imperfecciones. Mi primo Luis César me decía que yo era ciego para la danza, que no perdiera mi tiempo en una butaca de teatro y tenía razón…
Recién mudado a Paris, mi amigo Luke Lennon me invitó al Ballet de l’Opéra que presentaba el clásico “Lago de los cisnes”, y no encontré una coartada para evadir la invitación. La última vez que asistí a una función de ballet fue para disfrutar el Casanova de Angelin Preljocaj, también en el Palais Garnier.
Y ahora me encuentro frente a tanta danza literaria bien bailada, en la figura devota de Isis Wirth moviendo sus dedos críticos y apasionados que me cuenta la leyenda del ballet como yo no imaginaba.
Paris, 15 de marzo del 2008.
mercredi 21 mai 2008
Los avatares del peso cubano (VI)
Banco Popular de Ahorro en Santa Clara. El banco está situado en las antiguas oficinas de Cubana de Aviación
Quel espoir pour les moines et les habitants du mont Qingchen ?
Vue de Chengdu, la capital de Sichuan
Cher Carlos et Marie-alix,
Je suis triste parce que la montagne de Qingchenshan est détruite, et même sort pour le monastère de Quanzhen et celui de Tianshi, on ne peut pas communiquer avec les moines là-bas, au moins pour l’instant, mais j'espère qu’ils sont bien…
On va prier pour eux,
David.
mardi 20 mai 2008
Y llovió en La Habana esa tarde…
De regreso a mi casa no pude contenerme y ante la imposibilidad de tocar la aldaba del número 114 de la calle Trocadero, logré comunicar con sus inquilinos que son mis amigos y supe que esa tarde llovió en La Habana. En Paris una brisa fresca, como del mar, lejano, imaginario, entró por las ventanas abiertas del auditórium. Nivaria Tejera nos dejó deshechos con su intervención y hasta hundió a nuestro gran Pepe Triana en un mutismo momentáneo, yo pienso que por tanto recuerdo acumulado de su amistad con Lezama, mientras escuchaba a Nivaria. Yo vi un velo acuoso en la mirada de Triana y mi vista también se veló tratando de imaginarme al autor de Paradiso, caminando con su paso fatigado, jadeante a veces, por la misma acera de Trocadero 114, donde viví varios años. Luego Regina Maestri envuelta en las ochenta y seis vueltas de su turbante, nos hizo traspasar el muro invisible de sus recuerdos lezamianos antes que tomara las riendas del mulo su hija Regina, un mulo adolorido que la humildad lo hace eterno. Y entra Sales en la isla que fue de Lezama para de forma excelente rendir homenaje al escritor y de forma magistral, a la isla, que todavía se estremece de los mismos pesares que atormentaron al inquilino de Trocadero 162. El último aldabonazo, breve, lo dio William, y como nadie estaba para abrirnos la casa del viejo barrio habanero, todos nos apropiamos de un pedazo de la hendija que abrió Navarrete en la madera.
De izq. a derecha William Navarrete, Regina Avila, Nivaria Tejera, José Triana, Regina Maestri y Miguel Sales.
La lluvia habanera se detuvo en las manos hábiles de Latifa Al-Sowayel que prestó el goteo del agua deslizándose por los aleros, cayendo en la acera, y haciendo círculos diminutos en la continuidad de la caída. La lluvia arreció y quedó estampada en la cubierta de Aldabonazo en Trocadero 162.
Intenté dormirme una vez que terminé de leer a treinta y dos de los autores. El texto de Regina Maestri quise guardarlo en mi memoria con la voz de su autora. Pero no me quedó otro remedio que leerlo e imaginar entonces a Regina del otro lado del muro.
Los avatares del peso cubano (V)
Las series emitidas para entrar en circulación en 1960 llevaban la firma de Ernesto Guevara (Che):
Máximo Gómez, el generalísimo que no aceptó la presidencia de la República cuando la independencia de la isla se hizo real el 20 de mayo de 1902, llena ahora el medallón del billete de diez pesos, lugar que antes ocupaba Carlos Manuel de Céspedes. Al voltear el billete, color tierra como gran parte de los suelos cubanos, aparece la inscripción DECLARACIÓN DE LA HABANA – 2 DE SEPTIEMBRE DE 1960, y como del dibujo, los edificios administrativos que rodean la Plaza Cívica, convertida en Plaza de la Revolución e inundada de habaneros y provincianos que se dieron cita para escuchar la alocución de Fidel Castro, investido ya como jefe de la estrenada revolución cubana.
Una nueva figura llenará el medallón ovalado del billete de veinte pesos: el comandante Camilo Cienfuegos, con su sonrisa espontánea y su sombrero de ala ancha. La presencia del “señor de la vanguardia” en el altar de la numismática cubana es el homenaje a un guerrillero clave de los días belicosos de la revolución, que al desaparecer en octubre de 1959, quedó como un hombre humilde y recto en el recuerdo de los cubanos. El reverso del billete azul, de un azul oscuro como las aguas profundas del Caribe, muestra, como está inscrito: 2 DE DICIEMBRE DE 1956 – DESEMBERCO DEL GRANMA, la llegada de los expedicionarios por la costa baja y cenagosa del sur de la provincia de Oriente, por un lugar conocido como Las Coloradas.
La NACIONALZACIÓN DE LAS EMPRESAS EXTRANJERAS – 6 DE AGOSTO DE 1960 como reza en el reverso del violáceo billete de cincuenta pesos, muestra los cambios operados con la “intervención” revolucionaria: La ESSO pasa a manos del recién creado Instituto Cubano del Petróleo (ICP), la UNITED FRUIT deja de ser norteamericana, como el Preston que se convierte en Central Guatemala. Boina ladeada, gorra de soldado, uniforme miliciano portado por hombres y mujeres, fusil en alto con fondo de bandera estrellada, en un billete cuya figura histórica corresponde al general del ejército mambí, Calixto García Iñiguez.