mercredi 13 mai 2009

Quemado de Güines, nacido en el siglo XVII

No es justo seguir dando vueltas dentro de la ciudad del Bélico sin dar vueltas alrededor de ella y escudriñar su territorio. Remedios tiene para mi una ascendencia especial con respecto a Santa Clara, y quiero guardarle un lugar especial en este blog, y será más adelante. Voy a presentar otros pueblos de la provincia, dormidos, pero que por su historia, están marcados con el sello villareño. Uno de ellos, no distante de la costa norte, se vanagloria de ser unos de los más viejos pueblos de la isla : Quemado de Güines. Las actas consignan su fundación en 1667, ciento cincuenta y cinco años después de haber sido fundada Nuestra Señora de la Asunción, que es Baracoa, y veintidos años antes que Gloriosa Santa Clara. No se tiene noticias de incursiones piratas en que Quemado haya sido el blanco, era menos villa que Remedios, distaba más del litoral, y éste, además de bajo, se guarecía de infinidad de cayos cual muralla costera.

El caserío primitivo se asentó en una güinera que se situaba al sur de la serranía llamada de Jumagua. Los primeros que se instalaron quemaban las maderas de los bosques para producir carbón y de ahí que la güinera fuera nombrada poco a poco como Quemado de Güines, sin jamás haber tenido fuerza de Cabildo. No será hasta 1879 que Quemado tenga su propio ayuntamiento, del que Miguel Más y Rocamora fuera su primer alcalde, y que el territorio adyacente delimite sus cuartones y sitios. La municipalidad, con cabecera en Quemado, se compone de siete barrios, el propio poblado de Quemado, Caguaguas, Güines, San Valentín, Zambumbia, Paso Cavado y Carahatas, que es un modesto balneario en la bahía del mismo nombre. Quemado de Güines celebra el día del Quemadense cada 26 de diciembre desde 1949, que también es la fiesta del Quemadense ausente. Del pueblo tengo un vago recuerdo. Un amigo me pidió acompañarlo para que conociera a sus abuelos. Una visita de un día para otro. Corría la primavera de 1996 y poco le quedaba a mi estancia en la isla. Me dije, por qué no ? Y galeramos desde Santa Clara a Quemado, pasando un buen rato en Sagua la Grande en espera de un transporte. Por aquella época el San Isidro empinaba su chimenea, y además de cañaverales, extensos platanales dejaban ver el más conocido de sus plátanos, aquel que le llaman de Lutgardita.

En el parque, triste y dormido a mitad de semana, tronaba el « Guajirigallo », obra del escultor Rodríguez Lasseria, y a un costado la iglesia, que fue el único edificio que me hizo remontar en el tiempo, laserada por fríos, soles, lluvia y humedad. A principios de este año, a una casa del pueblo le fue otorgado el premio de Conservación y Restauración del Patrimonio 2009 (Premio de Conservación & Restauración de Monumentos Santa Clara 2009). Me invade la curiosidad de verla, y me digo, en el próximo viaje a Cuba, tengo que volver a Quemado.

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